La encina milenaria símbolo del pueblo de Ambite, fue plantada quizá cuando esas tierras del Tajuña era patrimonio de los moros. Antes de levantarse el actual palacio, había otro caserón , cuyo dueño tuvo que abandonar a su mujer,para luchar con el enemigo musulmán, porque llegó la guerra. La mujer salía todas las tardes para llorar en la encina que estaba junto a su casa, de tantos lloros y lloros la encina dio bellotas amargas donde lloraba la doncella y dulces en el resto. Cuenta la leyenda que todos lo que celebraban su boda su matrimonio iban a esa encina, y tomaban una bellota del suelo, si era dulce su vida iba a ser feliz , pero si era amarga inundaba de tristeza a los recién casados .
Andrea Muñoz Rodríguez de 3ºA
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